PRENSA AÑO 2004 |
EL POTOSÍ. 19/10/2004.
|
Publicado
en MundoClásico.com, Diario Internacional de Música Clásica, el 19 de
octubre de 2004. Argentina El perfume musical de los Reynos de IndiasBuenos Aires, 29.09.2004. Sala de Representantes de la Manzana de las Luces. Norberto Broggini, fortepiano. William Brown, Rondo III (de ‘Three Rondos for the Piano Forte or Harpsichord’, 1787). Joseph Haydn, Sonata en do mayor, Minué en sol mayor y Sonata quinta del señor Aydem. Manuel Antonio del Corral, Andante con variaciones. Anónimos del manuscrito Ruibal-Salaberry, Triste, La Pola, Cielito, Minuette dedicado a Doña Gregoria El veinte y cinco de Mallo, Vals del 25 de mayo, Minué Montonero y Vals. Anónimo, Sonata. Festival ‘Ars Continuus’. Gustavo Gabriel Otero El renacimiento de la llamada música antigua con interpretaciones fieles al estilo y a la dinámica de la época y con instrumentos originales o copias de los mismos es ya una realidad en el mundo de la interpretación actual. Muchos músicos argentinos se destacan en este repertorio a nivel mundial y algunos de ellos se especializan en la búsqueda de la música que se producía y se interpretaba en la llamada América Colonial o más técnicamente ‘Reynos de Indias’ y en los primeros años de la vida independiente, prueba de ello es el festival que se efectúa en las que fueron estancias Jesuíticas en la provincia de Córdoba. La ciudad de Buenos Aires también tiene su Festival permanente de música antigua y colonial americana denominado ‘Arts Continuus’. Hace pocos días pudimos internarnos en el repertorio de la época para fortepiano en un recital efectuado por Norberto Broggini. Desde el lugar elegido, la Sala de Representantes de la Manzana de las Luces, hasta la copia efectuada por Jorge González de un pianoforte vienés de fines del siglo XVIII, todo contribuyó a que nos sintiéramos como en un salón de la época con las composiciones del período y con el sonido tan especial del instrumento. El exquisito repertorio interpretado en la ocasión incluyó el Rondo III (Three Rondos for the Piano Forte or Harpsichord, 1787) de William Brown (Pensilvania, E.E.U.U. s. XVIII), tres piezas aparentemente de Joseph Haydn: la Sonata en do mayor (cuyo manuscrito fue encontrado por el intérprete en la Biblioteca Marciana de Venecia y que perteneció al archivo del castrati Farinelli), un Minué en sol mayor (manuscrito del Real Monasterio de Guadalupe) y la denominada Sonata quinta del señor Aydem (encontrada por el intérprete en el Cuaderno de Guadalupe Mayner, México 1804). Continuó con el Andante con variaciones de Manuel Antonio del Corral (Logroño 1790- México 18??) y con la exhumación de 8 piezas del manuscrito Ruibal-Salaberry (Argentina, cerca de 1820-1830), integrado por un Triste, un Minué intentado por Don Demetrio Machado y Don Antón Peluca titulado a doña Gregoria, la composición La Pola que exalta la figura de la patriota de Nueva Granada Policarpa Salabarrieta fusilada por los españoles en 1817 y que fue cantada por Verónica Dalmasso; un Cielito, un Minuette dedicado a Doña Gregoria El veinte y cinco de Mallo (sic), el Vals del 25 de mayo, un Minué Montonero y otro Vals. El recital concluyó con una Sonata compuesta cerca de 1800 en Sarabá, Brasil, de autor anónimo. Norberto Broggini sumó a una interpretación modélica, el conocimiento del repertorio de la época. También hizo gala de una didáctica clara en sus explicaciones y evidenció sus afanes investigativos. Todo esto se conjugó en un recital de alta categoría que nos hizo sentir por unos 90 minutos allá por el mil ochocientos. Norberto Broggini es continuista del Ensamble Elyma que dirige Gabriel Garrido y es precisamente Garrido el que exhumó para el Festival permanente de música antigua y colonial americana ‘Arts Continuus’ la obra La Pasión del Archivo Musical de Moxos de Bolivia, en un evento que fue iniciado por una emotiva procesión a cargo del Conjunto de Música Antigua interpretando bellos cantos misionales en lengua indígena, y utilizando unas túnicas réplicas de aquéllas que los jesuitas proporcionaban a los indígenas para que no estuviesen ‘desnudos en lo demás’, como cita un documento de la época. También, prosiguiendo la búsqueda de ese repertorio, durante la liturgia de la Fiesta de San Ignacio se interpretó la Misa San Ignacio, del hermano Domenico Zipoli y el sonido de violines, flautas, voces y órgano se elevó entre las históricas paredes del Templo de San Ignacio, tal como ocurriera hace aproximadamente doscientos cincuenta años, cuando el Padre Florián Paucke, jesuita que actuara en la provincia de Santa Fe, acudiera a Buenos Aires con su capilla musical del indios mocovíes. La búsqueda de la música que alguna vez sonó en estos lares y que ahora es redescubierta e interpretada ayuda a que a veces Buenos Aires se convierta en una ciudad en la que vale la pena vivir. http://www.mundoclasico.com/critica/vercritica.aspx?id=bd48b22e-6b49-44fe-a83b-485f768679b2 |
Envíenos su comentario a: informes@arscontinua.com.ar